El proyecto denominado Cabo Leones III estará ubicado en la región de Atacama y tendrá 189 megavatios de potencia.
La energética Repsol y su socio chileno Ibereólica inician las operaciones de su primer parque eólico conjunto en Chile. Se trata de un proyecto, denominado Cabo Leones III, que contará con 189 megavatios de potencia, ubicado en la región chilena de Atacama. En la primera fase del proyecto han entrado recientemente en funcionamiento 79 megavatios de potencia y en la segunda se pondrán operativos los 110 restantes.
Para iniciar las obras de la segunda fase se han enviado desde el puerto de Bilbao los principales componentes tecnológicos de los aerogeneradores. En concreto, las góndolas (parte superior en la que se sujetan las palas) para 22 aerogeneradores del fabricante Siemens Gamesa, de 55 megavatios cada uno, que se integrarán en esa segunda fase del proyecto. Las góndolas se han ensamblado en la planta de Siemens Gamesa en Ágreda (Soria), que emplea a 200 personas.
El grupo envía desde Bilbao piezas para los aerogeneradores fabricadas en Soria por Siemens Gamesa
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, el presidente del Grupo Ibereólica Renovables, Gregorio Álvarez, y la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, entre otras autoridades, participaron en el acto previo a la salida de dicho material.
La alianza que selló hace unos meses Repsol y el grupo Ibereólica persigue desarrollar más de 1.600 megavatios antes del año 2023 y superar los 2.600 megavatios para el año 2030.
Dicho parque producirá al año 280 GWh de energía limpia y evitará la emisión a la atmósfera de 94.000 toneladas de C02al año. La segunda parte del parque empezó a construirse en julio del 2020. En momento punta están trabajando hasta 150 personas y la previsión es que entre en operación comercial en el segundo trimestre del 2021.
Asimismo, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, subrayó la apuesta de la compañía por la descarbonización y recordó que “el 30% de toda la inversión en los próximos cinco años, unos 5.500 millones de euros, se va a dedicar a proyectos de descarbonización en diversos ámbitos”.
El plan estratégico de Repsol, compañía que preside Antonio Brufau, persigue lograr 7.500 megavatios de generación de bajas emisiones en el 2025 y duplicar esa cifra en el 2030.
Imaz afirmó que la descarbonización es “muy importante, porque el mundo lo necesita”. “Tenemos que bajar el nivel de emisiones de CO2, pero también es muy importante cómo lo hagamos, y tenemos que hacerlo basados en las capacidades industriales y tecnológicas que tenemos en España”.
Además, destacó que el proyecto de Chile, dirigido a fomentar la energía renovable, está basado en hacer de tractor de la industria local. Es el objetivo que buscan a través de este tipo de proyectos, aseguró, que se replicarán en otros países.
