“Los desafíos que enfrentamos requieren incentivos para adaptarnos; por ejemplo,la adopción de estructuras tarifarias flexibles que permitan incorporar incentivos ambientales al ahorro”, indicó la presidenta de Andess, Jessica López.
En el marco de sus planes de desarrollo de infraestructura para ampliar su cobertura y capacidad de servicio, las empresas sanitarias han debido incorporar cada vez más la necesidad de enfrentar los desafíos del cambio climático, expresados en la sequía que ya afecta por doce años al país y en eventos como las inusuales precipitaciones de este fin de semana.
Este escenario pesa cada vez más en las estrategias de inversión de la industria, que en 2020 invirtieron un monto total de US$ 550 millones.
“Esta cifra es un 3,4% superior al año 2019, pese al impacto financiero que ha tenido en las compañías esta crisis sanitaria en materia de ingresos y morosidad”, según el balance realizado por la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess).
El 54% de las obras estuvieron enfocadas en proveer agua potable, aumentar la seguridad hídrica y resiliencia de los sistemas, seguida de inversión en redes de alcantarillado (23%) y descontaminación de aguas servidas (16%).
Para este año, Andess proyecta a partir de los montos comprometidos por las sanitarias en sus planes de desarrollo que las inversiones totales de la industria superarán los US$ 450 millones.
“Estas inversiones mantendrán el foco de los últimos años en nueva infraestructura para aumentar la seguridad hídrica del abastecimiento, reposición de infraestructura de agua potable y saneamiento e incorporación de más tecnología”, indicó el gremio.
“Este es el monto de lo que está comprometido con la autoridad en planes de desarrollo, pero sobre esa cifra se pueden sumar, y es muy probable que lo hagan, otras inversiones durante el año”, indicó la presidenta de Andess, Jessica López. Para 2021, las empresas van a mantener el foco en agua potable y que el cambio climático se está haciendo notar en las inversiones, que “se expresa de tres maneras sobre los servicios sanitarios: disminuye la disponibilidad de agua, afecta la calidad de las fuentes e incrementa la frecuencia de eventos como el que vimos el fin de semana en la zona central”, señaló López.
Recalcó que las empresas tienen en cuenta esos tres efectos al planificar sus inversiones y que “a industria destinó US$ 120 millones a seguridad hídrica sólo en 2020”.
En relación a la necesidad de hacer modificaciones a los planes de desarrollo vigentes en atención a los progresivos efectos del cambio climático, López dijo que si bien con el marco actual “ha sido posible construir obras como los estanques de Pirque o la interconexión Concón-Los Aromos en la región de Valparaíso, la tarea no termina aquí”.
Al respecto, aseguró que “sin duda, los desafíos que enfrentamos requieren incentivos para adaptarnos al cambio climático tanto a través de inversiones significativas en obras de seguridad como de cambios en el comportamiento de los usuarios”.
A modo de ejemplo, destacó la conveniencia de implementar “mecanismos que promuevan la reutilización del agua servida tratada y la adopción de estructuras tarifarias flexibles, que permitan incorporar incentivos ambientales al ahorro y a la vez beneficios sociales”.
Andess estima que en el periodo 2020-2040 se requerirá concretar inversiones en la infraestructura sanitaria por más de US$ 10 mil millones. En los últimos 20 años, la cifra de inversión acumulada alcanza US$ 7.961 millones.
Comparando entre décadas, el aumento de las inversiones ha sido considerable. Mientras en 2000 el monto alcanzaba a US$ 70 millones por año, en la década siguiente el promedio anual se ubicó en niveles de US$ 426 millones.
Fuente: DF
