El gerente general de la compañía, Paolo Pallotti, prevé una menor demanda eléctrica este año, pero continuarán impulsando su plan por US$ 2.500 millones.
El 27 de mayo pasado Enel Generación anunció que cerraría de manera adelantada su central a carbón Bocamina, como parte del Plan de Descarbonización Nacional suscrito con el Ministerio de Energía en junio de este año.
De acuerdo con lo señalado por el gerente general de la empresa en Chile, Paolo Pallotti, en PAUTA Bloomberg, de Radio PAUTA, la decisión responde a diversos factores. El principal, la salida del carbón del mercado chileno ante las positivas perspectivas para otras alternativas de generación. Chile “tiene un potencial de [energías] renovables muy fuerte”, comentó.
Lo comunicado por Enel es parte fundamental de su estrategia de apuntar hacia una transición energética, y en este momento, “es la decisión más correcta para nosotros”. En el marco de esos planes, una vez cerrada la planta se buscará reducir los efectos negativos para los trabajadores que se desempeñaban en el lugar. Lo más importante, enfatizó, es que “este proceso de descarbonización sea justo para todos”.
El ejecutivo ejemplificó que en el cierre de Tarapacá el 31 de diciembre de 2019, los trabajadores que decidieron continuar en la empresa fueron incluidos en un plan de trabajo en conjunto “para definir un proyecto profesional para cada uno”.
En el caso de los terrenos donde se levantan las dos unidades de Bocamina, todavía se analizan alternativas para definir su futuro. En casos de cierres anteriores, detalló, “llamamos a un concurso de ideas para ver cuál puede representar el desarrollo sostenible de lo que antes era un planta geotérmica y hoy puede ser un encuentro de vacaciones, conectada o no conectada a la fibra industrial, dependiendo de las posibilidades del sitio”. En relación con aquello, descartó que el lugar sea obligatoriamente un nuevo centro de proyectos
Las proyecciones de contracción para el PIB nacional están cercanas al 8%, escenario en el cual la demanda de energía eléctrica podría presentar variaciones negativas. Para Pallotti todo va a depender de cómo sea la evolución sanitaria y económica de Chile.
“Hemos visto que en los primeros meses la demanda era más alta que el año anterior, después, claramente con el efecto de la pandemia algunos sectores, en particular en las ciudades golpeadas de manera más fuerte, algunos sectores han tenido una baja importante”, dijo el gerente general de Enel Chile.
Si a inicios de año el crecimiento esperado de la demanda para 2020 era en torno al 2,5% y 3% anual, afirmó que “ahora las proyecciones que se ven son bajas en comparación con el año anterior. En el conjunto, nosotros vemos un dígito” de caída. Añadió: habrá “sectores más afectados, dado el impacto de la cuarentena y después de la crisis, que tendrán bajas de dos dígitos seguramente”.
En medio de ese panorama, no cree que los proyectos verdes vayan a tener mayores consecuencias negativas: “Claramente en Chile hay un potencial enorme en recursos naturales, entonces tiene una capacidad de desarrollo muy potente”, en lo cual las autoridades “tienen posibilidades de empujar para salir más rápido de la crisis”.
En noviembre del año pasado Enel dio a conocer un plan inversión por US$ 2.500 millones hacia 2022. A pesar de la crisis sanitaria, estos planes no han cambiado. “El objetivo es poner en marcha hasta 2022, 2.000 megavatios de capacidad renovable, ese es el objetivo que estamos mirando. Tenemos hoy plantas en construcciones, vamos a anunciar otras plantas en las próximas semanas y meses, y tenemos proyectos listos para construir para llegar a nuestra cifra. Este es nuestro objetivo y no lo vamos a cambiar”, enfatizó.
Sobre los nuevos proyectos, dijo que “tenemos en el mix de crecimiento plantas fotovoltaicas y también plantas eólicas. Hoy tenemos diferentes plantas fotovoltaicas en construcción, más una extensión de la primera planta geotérmica en América Latina”.
